sábado, 23 de noviembre de 2013

lunes, 18 de noviembre de 2013

Authority!: Statism: The Endgame

Authority!: Statism: The Endgame: Eighty North Korean people in seven separate cities were summarily executed by firing squad earlier this month. Their “crimes” involved wa...

miércoles, 6 de noviembre de 2013

HACER: Atlas Shrugged - La Pelicula - Bogota - Colombia

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domingo, 27 de octubre de 2013

Crónica Infame: Ugalde y Taibo, entre la emboscada y el ritual


 
Por Edgar Piña

Fue la noche del sábado 27 de octubre el año de 2013. Escenario: un galerón infame en medio del barullo de la Feria del Libro de Hermosillo, en el Mall Galerías Plaza, organizada por el Instituto Sonorense de Cultura y el H. Ayuntamiento de la capital sonorense.

Puntual Luis Carlos Ugalde, presidente del IFE de 2003 a 2007, se presenta a dar sus puntos de vista sobre el primer año de gobierno de Peña Nieto. Con soltura y aceptable amenidad, este conferencista recorrió los recientes sexenios y sus figuras presidenciales. Todo bien. Sus señalamientos aceptados por el público y todo indica que habrá un final feliz.  Pero no, orejas largas y fauces lobunas recorren discretamente el recinto para mezclarse entre las personas asistentes. 

El caso es que al momento de las preguntas una persona del público, sexo femenino mediana edad, inició un discurso enérgico no en contra de la temática de la conferencia sino en contra del conferencista. Ya con el micrófono en la mano y la aprobación ruidosa y gritona de una especie de culebra esparcida por todo el auditorio, quien se suponía que habría de hacer preguntas, se suelta en el terreno del insulto, llamándole traidor, vende patrias y quien sabe cuántos calificativos que el sistema de sonido apenas alcanza a procesar. Muchos asistentes esperábamos el momento en que aquella persona habría de pegarle con el micrófono al conferencista.

Una mujer joven, de vestido étnico y morral al hombro, llegó al área dónde nos encontrábamos momentos antes de la sesión de preguntas, y los diez minutos que duró el incidente, se dedicó a gritar consignas, como mentiroso, ladrón, traidor, derechista, priista y otras denostaciones. 

Al final cuando Luis Carlos Ugalde salió corriendo, ella también desapareció. El organizador que controlaba el micrófono del evento, lo único acertado  que hizo fue decirle al público, bueno al sector combativo del público, que se calmara porque a continuación vendría un presentador de libros de la izquierda, sic.

Luego viene Paco Ignacio Taibo II, asturiano de origen al decir de él mismo, pero naturalizado Yaqui por decisión propia. Antes del primer cigarrito, un chiste: ¿Se fijaron que no me senté en ese sillón? Le pregunta al público, refiriéndose al mismo que había ocupado Ugalde, y dice más o menos así: ¡Nombre, capaz que me pega un aire! Ah caray, pensé como espectador, nada más le falta que diga que huele a azufre.

Casi sin presentaciones o con una presentación muy pinche, si me permite don Paco Ignacio, usar unas de sus tantas y floridas expresiones, se suelta hablando de Miguel Hidalgo, Hermenegildo Galeana y Pancho Villa. Segundo o tercer cigarro, el respetado historiador da cuenta de sus hallazgos en la gloriosa historia de los yaquis de Sonora. Buen trabajo, sin duda, y una develación maravillosa: hubo una guerra popular, muy desventajosa, entre soldados porfiristas equipados con Máuseres de 7 tiros, contra los valerosos yaquis, que tenían muy pocos rifles y sus arcos no podían hacer un buen tiro a más de treinta metros.  

Buen estilo el de Paco Ignacio Taibo y verídica la odisea de los yaquis que retrata en su libro. Me recuerda que los astures y los cántabros también tuvieron sus guerras de defensa contra los romanos y en la historia queda el registro de su valentía, orgullo y espíritu guerrero.

Ante un público que casi unánime le festeja todos sus chistes y retruécanos, el escritor, prolífico por cierto, irrumpe contra la historia mexicana oficial, mítica y descafeinada, y pide la revaloración de figuras como Hidalgo, Juárez  y Flores Magón, pero también  truena contra los porfiristas, los banqueros, los hacendados, y se mofa de los revolucionarios, los priistas, los panistas, las ceremonias escolares,  y lo neoliberales. Por cierto ante la única pregunta del público, fuera del protocolo ritual, el también escritor de novelas policiacas, desconcertado mientras pensaba cómo contestar, pide que le pasen un micrófono…por el audio del inalámbrico que tenía en sus narices.

Ugalde como muchas figuras de la política nacional, se entusiasma con una invitación a la Feria del Libro de Hermosillo e ingenuamente cae en una emboscada tendida por una misteriosa culebra de asistentes que lo culpan del fraude en las elecciones del 2006. Poco faltó para que lo lincharan y fíjese usted no había un sólo guardia de seguridad a la distancia.

Paco Ignacio Taibo, sin respetar un local dónde no se fuma, vino a presentar un buen libro, pero a reiterar un ritual sabido: defiende al pueblo, ríete de los ricos, culpa al PRI, a Peña Nieto y a los neoliberales de los males de México, olvídate de los monopolios públicos y privados, de los sindicatos parásitos, vende bien tu libro y quedas invitado para la próxima.

¿Los organizadores? Por ahí andaban unas personas de camiseta negra, dando vueltas. Uno de ellos tomaba el micrófono de vez en cuando pero no creo que a eso se le llame organización.

¡Ah!, una  aclaración y una solicitud: Al  historiador les informo, tardíamente porque en el momento nadie me lo pregunto, que la ciudad de México queda al sureste de dónde estaba él  sentado, de espaldas al oriente. También le agradecería me dijera qué autores o qué libros demuestran que Porfirio Díaz y sus colaboradores no eran positivistas sino liberales o por qué no, que eran  neoliberales. Todo se vale en beneficio de los buenos y en contra de los malos.



jueves, 24 de octubre de 2013

The Sonoran Gold Rush




By Edgar Piña

They are not those men herding a burrito carrying a pick and a shovel. They drive big four wheel trucks and run fast in cities, towns, ranchos, and collective lands here named “ejidos”.

You don’t see them in the town´s general store purchasing food and tools. Instead they are at government offices activating bureaucratic processes or in the banks transferring monies. 

You can not see them in the bars drinking whisky and playing cards, but now you see them in the best in town restaurants, and when the dark comes down in entertainment places. 

As in many other countries of Latin America and Africa, a XXI century gold rush is taking place now in Sonora State, a Mexican province located in this country´s north western territory. Exactly as in other gold rushes, the Sonoran locals take advantage of the boom and find jobs, sell goods and services, and share the proud speech of politicians about the wealthy mining industry of the province.

In effect, the Sonoran Governor and his aides, while they are before the TV camera and microphones, look exactly as might have seen the aboriginal chieftains when the Spanish conquerors traded with them glass beads for gold nuggets. 

The today’s government officials and politicians, like their ancestors in power, take pride in saying that more than two hundred foreign companies are investing in Sonoran territory and that the province is national number one in gold and other metals production. 

In the gold rushes of California, Australia, and Canada, during the last half of the XIX century, the recovered precious metals oiled the local economies and vigorously boosted the powerful capitalism of those times.

The contemporary gold rushes invigorate the nowadays untouchable global financial corporations, which know very well that gold, silver, platinum, and other rare minerals, are the best insurance against monetary crisis and economic turmoil.

The reality is thousands of acres contaminated by chemical residuals; rivers, lakes and lands spoiled; hundreds of animal and plants species threatened by pollution and destruction of their habitats.

When the mineral deposits are exhausted the exploited lands look like apocalyptic scenes and the local residents have no option but to emigrate because no productive activity is possible now where farmlands, ranches or human settlements were before. 

Somebody told me one time that here in Mexico the mining companies have no options but to adapt their practices to the very relaxed local regulations in the field of environment protection, workers security, and labor benefits, to mention a few.

If they insist in complying with laws and standards the same way as in their own countries, the projects never will run. Reasons? They say is more profitable for government officials and inspectors to issue permission and concessions for the companies when these launch a bid under the table.

If the mineral resources belong to Mexicans, what is exactly what we are waiting for creating the companies, investing capitals, and mobilize labor and technology?. According to Sonoran empresarios mentality, mining industry is unreachable for them. Is technologically operationally, and managerially complicated. The results are in the long term, and the markets are very dynamic, so, better leave that to foreigners. 

Nothing new under the mining sun in Mexico. Northamerican and Asian investors take home the valuable precious minerals and pay with paper. They create wealth for their countries and leave contaminated soil pits in Sonoran territory. They bribe politicians and government employees and these have a deceiving and optimistic speech for the rest of us. 

It is the XXI century Sonoran Gold Rush.

viernes, 9 de agosto de 2013

¡Viva el capitalismo!

Opinión: ¡Viva el capitalismo! – por Rolando Hanglin


Cuando nosotros éramos jóvenes -digamos entre la década del 50 y la del 60- el mundo se hallaba dividido en dos mitades. Se las conocía como Primer Mundo (Estados Unidos y Europa Occidental) por una parte, y Segundo Mundo o Bloque Soviético, integrado por Rusia (URSS, Unión Soviética) y las Democracias Populares de Europa Oriental.

Como un entorno de estos dos grandes espacios territoriales, se hablaba entonces del Tercer Mundo: África, Latinoamérica, Asia, incluyendo a China Roja e India, Egipto e Indonesia (que eran autocracias) como un conjunto de naciones cuyo futuro estaba por verse. Nosotros pertenecíamos a ese Tercer Mundo, a pesar de nuestros antecedentes (en 1920 habíamos sido la novena potencia económica del planeta) porque nuestro nivel de producción ya nos situaba entre los pobres del mundo.

Para los que no vivieron aquella época, que hoy son millones, aclaremos que el nivel de vida del Bloque Soviético era bajo. Pero a pesar de que en aquellas inmensas naciones (Rusia, Ucrania, Alemania Oriental, Polonia, etcétera) se vivía en el atraso más absoluto (consumo, confort, arte, moda, indumentaria, turismo, costumbres, cine, espectáculos) el comunismo podía exhibir grandes logros en la conquista del Espacio, a partir de Yuri Gagarin y el Sputnik 1 (década del 50) así como notables puntuaciones en el deporte olímpico. Lo mismo pudo decirse, a partir de 1959, de la Cuba de Fidel Castro: allí se vivía muy mal, pero la educación, la medicina hospitalaria y el deporte amateur tenían un nivel de competición. Por otra parte, el poderío militar, incluso atómico, de la Unión Soviética, equiparaba a los Estados Unidos en un status de mutua amenaza.

Por aquel entonces, algunos jóvenes de Occidente soñábamos con un mundo ideal, de signo socialista, y nuestros ídolos eran los revolucionarios del mundo moderno: Mao Tse-Tung, Ernesto “Che” Guevara, Ho Chi Minh y otros.

Los héroes de la nueva generación son, ahora, emprendedores como Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg, Sergey Brin o Larry Page

Entre l989 y 1990 se desencadenó el fenómeno conocido como “implosión del comunismo”: el pueblo derribó el Muro de Berlín, las reformas democráticas conocidas como Glasnost y Perestroika hicieron estallar el sistema soviético, y luego vendrían liberaciones capitalistas en China, Yugoslavia, Checoslovaquia y otros. Muchos países se dividieron en varios estados. No siempre desembocaron en una democracia perfecta, a la francesa, pero en todos los casos se demostró que los pueblos anhelaban riqueza, confort, automóviles, arte, espectáculos, libertad para viajar y estudiar. En fin: lo que el capitalismo venía exhibiendo desde sus vidrieras en Nueva York, Londres, París, Roma y Berlín Occidental.

Desde entonces, Rusia y China se cuentan entre las naciones más poderosas del mundo capitalista. El Bloque Soviético ya no existe. Se afirma, en cambio, un nuevo grupo de naciones de confesión islámica: Irán, Irak, Arabia Saudita, Yemen, Afganistán. Estos países rechazan el individualismo laico, la libertad de comercio y de costumbres. Constituyen una enorme porción del mundo, sus sistemas políticos y culturales son muy variados, pero nunca democráticos o parlamentarios. Por lo general, se rigen por la teocracia o la autocracia, y se apoyan sobre naciones de gran riqueza petrolera. La unidad de estos pueblos en torno a sus creencias religiosas les confiere una enorme capacidad de sacrificio y combate.

Aquellos que en nuestros años jóvenes, en las décadas del 50 y 60, agitábamos la bandera de Castro y Mao, nos encontramos hoy con un mundo desconcertante. Los héroes de la nueva generación son, ahora, emprendedores como Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg, Sergey Brin o Larry Page. Vuelve, pues, a imponerse el modelo del individuo que lucha por sus propios negocios, ideas y beneficios.

Puede aceptarse que el capitalismo nació con la revolución industrial en Inglaterra, hacia 1750. Antes de esta fecha, el 90 por ciento de los seres humanos vivía en la miseria. A partir del siglo XVIII, se extendió en los Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Francia, Japón, Italia, la clase media que viene consumiendo autos, pasajes de avión, ropa de marca, buena comida, educación de excelencia, y que es el motor mismo del capitalismo. Este círculo virtuoso de trabajo-ahorro-consumo-educación-ascenso social hoy moviliza también a China, Brasil, India y las naciones del grupo emergente.

¿Cuál es, finalmente, el secreto que permite a los americanos mantenerse a la vanguardia del mundo?
Cuando la gran crisis económica de los Estados Unidos, en 2008, se supuso que el “imperio” llegaba a su fin. Pero esto no sucedió. Al contrario: el desempleo actual, allá, es sólo del 7,6 por ciento. La unión dejará de importar petróleo después de 70 años: en poco tiempo exportará petróleo y gas -según consigna Andrés Oppenheimer en el Miami Herald- mientras que ya se registra en la bolsa el índice Dow Jones más alto de todos los tiempos, con un superávit presupuestario de 116 mil millones de dólares en junio, el mayor en los últimos cinco años.

¿Cuál es, finalmente, el secreto que permite a los americanos mantenerse a la vanguardia del mundo?
Muy simple: los emprendedores, los visionarios, los inventores, los gigantes de la industria. Henry Ford, los señores Gillette, Goldwyn y Mayer, los Disney, los Gates, los Zuckerberg, los creadores de vacunas, antibióticos, anestésicos, implantes óseos y transplantes de órganos, los hacedores de nuevos medios de comunicación, películas, canciones, pasos de baile, aparatitos electrónicos…

El ensayista Jorge Castro destaca la capacidad de innovación tecnológica incomparable de los Estados Unidos, y el escritor venezolano Carlos Vilchez Navamuel consigna los siguientes datos. En el último año se han registrado en USA más de 130.000 patentes, mientras que Japón no llega a la mitad. Alemania puede alcanzar un 15 por ciento de lo registrado por los EE.UU., y la gigantesca China (segunda economía del planeta) apenas un 5 por ciento de las patentes inscriptas en USA.

Vilchez Navamuel menciona un dato melancólico: en el último año, Venezuela ha anotado 26 patentes. Teniendo en cuenta que en los últimos 14 años han entrado en este país algo así como un millón de millones de petrodólares, con altas cotas de inflación y desabastecimiento, el “modelo” resulta disfuncional.

La libertad de creación y la continua innovación técnica son el toque de estilo de los Estados Unidos. El antiamericanismo es otro nombre del atraso. Por otra parte, los países más antiyanquis del mundo (Argentina y Francia) no hacen más que imitar la moda, los términos, los deportes, las costumbres, la estética y la filosofía de los Estados Unidos, campeones del capitalismo. En ese sentido, nos llevamos la palma: hemos inventado el “rock nacional”, que sería un “rock and roll” (género musical del folklore de los Estados Unidos) traducido al idioma argentino. Como si, mañana, se presentara a la audiencia mundial la “zamba de Kentucky”.

Fuente: La Nación (Argentina)

jueves, 13 de junio de 2013

viernes, 27 de enero de 2012

¿Qué significa Mitoclasta?

La palabra no existe. Existe ICONOCLASTA, que significa el que rechaza los iconos, las imágenes que son adoradas. De ahí MITOCLASTA, el que rechaza los mitos. Los mitos existen, pero El Mitoclasta los rechaza y se propone destruirlos. Es por ello el nombre del BLOG.

sábado, 1 de junio de 2013

The guardians of the nation




by Edgar Pina
(Translated by David Brookbank)

Every day or, more likely, every week, those disciplined soldiers of the Mexican National Army, deployed at the Benjamin Hill Check Point in Sonora, find in passenger buses traveling from south to north, suitcases, bags, ice chests and little packages filled with a variety of drugs.

Depending on the substance and the quantity, the suspect -- who could be any passenger selected at the judgment of the uniformed character doing the search -- is subjected to detention and an overwhelming accusation of drug trafficking in which the accused is presented with a horror film (complete with the prosecuting attorneys, police, judges, jailers and convicts) which ends, after a back and forth between threats and friendly levity, in a request for payment, a fine, an extortion, a bribe which, no matter how burdensome it might be, seems like a marvelous solution to the detained.

Nearly one hundred percent of cases, for certain, are resolved in this manner.

The experience of Yanira Maldonado and her husband Gary ended differently. Their appearance, their lifestyle, their nationality, their backgrounds and, above all else, their proven innocence, brought about their just release, leaving the jealous guardians of the well-being of the citizenry (Americans, primarily) in the ridiculous situation of having accused an innocent, while the true perpetrator, if in fact there was one, got off free of charges and responsibility.

The social cost of maintaining this farce of war on drug trafficking is enormous. And I am not referring only to the cost of buildings, installations, vehicles, technology, food, fuel, wages for troops and officers, but rather to the even greater delays, losses and inconveniences suffered by hundreds of vehicles transporting people and merchandise that inevitably must (as we must) pass through these check points.

But at the same time that this scheme multiples across various points of the Mexican republic, a huge number of routes operate day and night, from south to north, by land, sea and air, transporting enormous tons of drugs, which enter, not surprisingly, into North America, to supply the vice, the vices, of millions -- yes, they are millions -- of US consumers.

Perhaps futurologists could help us speculate on future scenarios on a continent where the consumption is in the north and a good part of the production is in the south. The legalization of marijuana in various US states for medical uses, as well as for "so-called" medical uses, and the proliferation of and growth of production facilities -- with engineered species and everything else -- the length and width of the geography of the land of Uncle Sam, are important components of the scenario to come, but it isn't easy to imagine it in its complexity

Accordingly, realize that no amount of precaution is too much when you travel by bus, shuttle van or private car since you will have to face these individuals, generally malevolent, on the roadways, individuals who in the best of cases will only interrogate you as to your identity, occupation and the sort of material you are transporting. 

These -- who we support with our taxes -- are the guardians of the nation and all the rest of us are guilty, until we can prove that we are innocent.


viernes, 31 de mayo de 2013

Los guardianes de la patria por Edgar Piña



Todos los días, o más probablemente, todas las semanas los disciplinados soldados del Ejercito Nacional Mexicano, destacados en el Punto de Revisión de Benjamín Hill, Sonora, encuentran en los autobuses de pasajeros circulando de sur a norte, maletas, bolsas, hieleras y pequeños envoltorios conteniendo diversas drogas.

Dependiendo de la sustancia y la cantidad, el sospechoso –que puede ser cualquier pasajero seleccionado  a juicio del mono uniformado que hace la revisión-, es sometido a una detención que inicia con una contundente acusación de tráfico de drogas en la que se le describe al inculpado una película de terror (con  todo y ministerios públicos, policías, jueces, carceleros y convictos), y termina, tras un  vaivén de amenazas y relajamientos amistosos, en la solicitud de un pago, una multa,  una extorsión,  una mordida que por más onerosa que sea, le parece al detenido una solución maravillosa.

Casi el cien por ciento de los casos, se sabe, quedan resueltos en esta forma.

La experiencia de Yanira Maldonado y su esposo Gary resultó diferente. Su aspecto, su modo de vida, su nacionalidad, sus antecedentes y sobre todo, su probada inocencia, dieron como resultado su justa liberación dejando a los celosos guardianes de la salud de los ciudadanos (americanos, principalmente), en la ridícula situación de haber inculpado a una inocente, mientras el verdadero culpable, si es que realmente lo hubo, quedó libre de cargo y culpa.

El costo social de mantener esas farsas de combate al narcotráfico es enorme. Y no me refiero solamente al costo de los edificios, instalaciones,  camiones, tecnología, alimentos,  combustibles, sueldos de tropa y oficiales, sino al todavía mayor de demoras, pérdidas y contratiempos que sufren cientos de unidades de transporte de personas y mercancías que inevitablemente tienen (tenemos) que pasar por esos puntos de revisión.

Pero al mismo tiempo que este esquema se multiplica en varios puntos de la república mexicana, una gran cantidad de rutas funcionan día y noche, de sur a norte, por tierra, mar y aire, transportando enormes tonelajes de estupefacientes, que ingresan, sin novedad, al territorio norteamericano, para mantener el vicio, los vicios, de millones –sí son millones- de consumidores estadounidenses. 

Tal vez los futurólogos, nos podrían ayudar a especular sobre los escenarios futuros en un continente donde el consumo está en el norte y buena parte de la producción está en el sur. La legalización de la marihuana en varios estados de la Unión Americana tanto para usos médicos como para usos “dizque” médicos, y la multiplicación y fortalecimiento de unidades productivas -con especies mejoradas y toda la cosa- a lo largo y ancho de la geografía del país de uncle Sam, son importantes componentes del escenario por venir, pero no es fácil imaginarlo en su complejidad.

Por lo pronto, tomen nota de que ninguna precaución sale sobrando, cuando ustedes viajen en autobús, shuttle van o carro particular ya que tendrán que enfrentar a esos personajes de la carretera, generalmente siniestros, que en el mejor de los casos sólo te interrogan sobre tu identidad, tu ocupación y el tipo de carga que transportas. 

Ellos -  a quienes mantenemos con nuestros impuestos-  son los guardianes de la patria y todos los demás  somos culpables, hasta que podamos demostrar que somos inocentes.