sábado, 11 de mayo de 2013

“No sé si se a alcanza a ver bien”… y otros dislates en las presentaciones. Edgar Piña O.



Uno de los sucesos más frecuentes en las presentaciones de oradores, conferencistas, expositores y motivadores, es la frase que cuestiona a la audiencia  sobre la facilidad o dificultad que enfrenta para observar una gráfica, un diagrama, o para leer un texto, unas cifras, una curva.

Antes de tener que preguntarle al respetable auditorio si el trabajo que hicimos es legible, mejor deberíamos preguntarnos, desde el momento mismo que sabemos que tendremos que hacer una presentación, qué es lo que queremos comunicar; cómo lo debemos hacer, a quienes nos vamos a dirigir; porqué o con que objetivos;  y, algo muy importante,  cuáles son las condiciones ambientales en que haremos la presentación.

Políticos, académicos, empresarios, filósofos, escritores y celebridades científicas, de indiscutible prestigio y credibilidad en sus respectivos campos, con frecuencia conducen presentaciones en power point o con cualquier otro método y dispositivo, que lamentablemente dejan mucho que desear en cuanto a lo que se refiere a la forma  y eficacia del esfuerzo comunicativo que se requiere  en todos los campos de la acción humana.

Recuerdo una vez que un experto en estudios sobre la pobreza dispendió 40 minutos de una mañana apretada de expositores, en un auditorio de una universidad prestigiosa, para exponer su desacuerdo con una  definición de  “línea de pobreza”, de un cierto autor. Ante una vivaz audiencia de profesores, estudiantes, investigadores, periodistas e invitados, estuvo enredándose en los párrafos ilegibles de la página escaneada de un libro, en una discusión que me temo que ni el mismo entendía, pero que llevó a que el auditorio se vaciara, excepto los organizadores que no podían escabullirse.

Más recientemente un reconocido periodista, investigador y líder de opinión en asuntos latinoamericanos, de un acreditado “think tank” del meritito Washington, D.C., ante unas horrorosas y difusas diapositivas, le preguntó al auditorio mayoritariamente autóctono que lo observaba, si alcanzaba ver la diferencia entre dos curvas macroeconómicas, una de gris y la otra también de gris. 

A todos nos pasa. No se sienta aludido.

Otros ejemplos notables los podrá usted observar en el próximo evento académico, gubernamental, político, empresarial, al que seguramente pronto usted va asistir. 

Pero dejemos a un lado que su disertación doctoral es, si el mundo intelectual no fuera tan discordante con sus teorías, merecedora de un premio Nobel. Demos por sentado, que su producto o servicio va provocar una revolución tecnológica o que su propuesta de política pública, de aplicarse, va resolver de una vez y para siempre el hambre de 60 millones de mexicanos. Olvídese de todo eso.

Sí olvídese de su propuesta, esa nadie se la tumba, nadie la supera. Ocúpese, eso sí, en el cómo habrá de presentarla, quienes la van a presenciar o la van a discutir; el tiempo que dispone para ello y lo auxilios técnicos disponibles, los apoyos escénicos.  

Una consulta a google con la frase cómo hacer presentaciones exitosas en power point, arroja al dia de hoy, 223, 000  resultados de los cuales los 10 primeros le pueden ayudar a usted a pensarle un poquito a la presentación que tiene que hacer en su compañía, su partido político, su universidad, la conferencia de prensa o ante cualquier otra audiencia.

Tome nota que una presentación, aun cuando le hayan dicho de que dispone de una hora o de toda una mañana para hacerla, exige el cumplimiento de ciertos criterios y orientaciones que de seguro van resaltar el mérito académico, el potencial comercial o la gran propuesta política o de negocios que usted trae en agenda para los próximos meses.

El criterio primordial en esto de las presentaciones es que el medio audiovisual  debe ser usado como un apuntador de los temas y argumentos que se han de exponer. En el lapso de un minuto o menos, una diapositiva debe transmitir información simplificada, clara, visible hasta el último rincón del recinto respecto del cual  usted ya averiguo antes cómo era.

El diseño de la diapositiva debe de estar de acuerdo a la naturaleza de la información que se va a manejar. Tenga cuidado con los fondos y los colores de las letras y las gráficas. En general el tamaño de las fuentes no debe ser inferior  a 28. No debe haber más de tres párrafos de no más de tres renglones y cuando mucho de 7 palabras cada uno.

 Son ideas, puede haber otras mejores.

Me va decir que los puntos que tiene que manejar no se pueden transmitir escuetamente, pero entonces le voy a sugerir que ensaye explicar con precisión, con pocas palabras, con claridad, ese asunto complejo que le toca exponer y va a ver que en la diapositiva solo tiene que proyectar la idea medular, los componentes del problema, los rasgos del proyecto, los apartados del libro, la fotografía del suceso, o el diagrama de la estrategia de negocios o cualquier otra cosa que deba captar el interés del auditorio.

Pregúntese porqué van estar ahí esas personas y cuál es el interés que los lleva a sentarse ante su presentación. Luego considere qué es lo que ellos esperan escuchar y cómo lo que usted quiere comunicar empata o no con sus  expectativas.

Ya sé que este post se puede leer como artículo de revista hojeada en el consultorio del dentista o del cardiólogo o también algo así como la respuesta de la doctora en comunicación de la revista para damas. No importa.

La verdad es que con demasiada frecuencia soy auditorio de grandes presentadores y veo que la mala calidad de sus exposiciones demerita los extraordinarios esfuerzos que aquel  personaje está haciendo para acabar con la contaminación del Golfo de California; o el sobresaliente descubrimiento de una raza desaparecida de gigantes en una isla del pacífico sur; o sobre la fórmula para desarrollar fuentes inagotables de energía sustentable;o cómo lograr que los agrotitanes usen el agua en cultivos sustentables y competitivos; o lo que sea.

La otra verdad es que si tengo el privilegio de estar  en su presentación,  amigo, es porque me interesa saber, aprenderle, apreciar su esfuerzo, valorar su aportación. Pero, por lo mismo, prefiero que me haga el favor de organizar técnicamente y convenientemente sus materiales. 

Y si de veras no se le da eso de las habilidades de la síntesis, la claridad y la amenidad; si cree que tiene dificultades para comprometerse en una exposición exitosa, pida ayuda. 

Siempre habrá alguien cerca de usted que le pueda apoyar o le pueda criticar su simulacro de presentación ante la  cámara de video y todavía más, si piensa que lo amerita, páguele a alguien para que le ayude a diseñar una presentación profesional y eficaz.

Lo importante es que su trabajo sea entendido y logre los objetivos perseguidos. Un valor agregado será la satisfacción de quien hizo el esfuerzo de ir a verlo.

 ¿O no es acaso eso lo que usted desea?