Acoso
fiscal y los bandidos del Vado del Río
David
Piña Ortiz
Mientras que a nivel federal
el gobierno de la república nos propina una reforma fiscal que no toca ni con
el pétalo de una rosa a los grandes conglomerados empresariales, al tiempo que
arremete contra los pequeños y medianos causantes, al nivel estatal el gobierno
panista de Guillermo Padrés , hace algo
similar en un estilo parecido a la expedición punitiva tras Francisco Villa,
pero en este caso con mayor éxito que la del general Pershing
contra el Centauro del Norte.
Todos los causantes, sobre
todo los cautivos, son objeto de auditorías que siempre terminan en incrementos
de gravámenes, principalmente ISR y el
IVA. Pero no sólo eso, sino que también aplican multas, que bien pueden
calificarse de abusivas.
Resulta que de acuerdo a sus
argumentos, el ISR no se carga sobre la ganancia sino sobre el importe de la venta, con lo
cual, los pequeños causantes que no cuentan con deducciones, son sometidos a un
acoso que muchas veces resulta en el cierre de los negocios. Esta agresión al
contribuyente, al decir de los auditores es de acuerdo al criterio de los jefes
de Hacienda Estatal, quienes por lo que se ve son portadores de instrumentos
coactivos, seguramente basados en alguna nueva teoría económica.
El centro de operaciones se
localiza, no en el centro de Gobierno sino por ahí en un edificio cercano a La
Sauceda. Por cierto en ese enorme edificio no se cuenta con identificación de
ningún tipo y más bien parece guarida de malvivientes, como aquellos
legendarios bandidos de Río Frío de tiempos pasados en el camino de Ciudad
México a Puebla.