Por Edgar Piña
Fue la noche del sábado 27 de octubre el año de 2013. Escenario: un
galerón infame en medio del barullo de la Feria del Libro de Hermosillo, en el
Mall Galerías Plaza, organizada por el Instituto Sonorense de Cultura y el H.
Ayuntamiento de la capital sonorense.
Puntual Luis Carlos Ugalde, presidente del IFE de 2003 a 2007, se presenta a
dar sus puntos de vista sobre el primer año de gobierno de Peña Nieto. Con
soltura y aceptable amenidad, este conferencista recorrió los recientes
sexenios y sus figuras presidenciales. Todo bien. Sus señalamientos aceptados
por el público y todo indica que habrá un final feliz. Pero no, orejas largas y fauces lobunas recorren
discretamente el recinto para mezclarse entre las personas asistentes.
El caso es que al momento de las preguntas una persona del público, sexo
femenino mediana edad, inició un discurso enérgico no en contra de la temática
de la conferencia sino en contra del conferencista. Ya con el micrófono en la
mano y la aprobación ruidosa y gritona de una especie de culebra esparcida por todo
el auditorio, quien se suponía que habría de hacer preguntas, se suelta en el
terreno del insulto, llamándole traidor, vende patrias y quien sabe cuántos
calificativos que el sistema de sonido apenas alcanza a procesar. Muchos asistentes
esperábamos el momento en que aquella persona habría de pegarle con el
micrófono al conferencista.
Una mujer joven, de vestido étnico y morral al hombro, llegó al área
dónde nos encontrábamos momentos antes de la sesión de preguntas, y los diez
minutos que duró el incidente, se dedicó a gritar consignas, como mentiroso, ladrón,
traidor, derechista, priista y otras denostaciones.
Al final cuando Luis Carlos Ugalde salió corriendo, ella también
desapareció. El organizador que controlaba el micrófono del evento, lo único
acertado que hizo fue decirle al
público, bueno al sector combativo del público, que se calmara porque a continuación
vendría un presentador de libros de la izquierda, sic.
Luego viene Paco Ignacio Taibo II, asturiano de origen al decir de él
mismo, pero naturalizado Yaqui por decisión propia. Antes del primer cigarrito,
un chiste: ¿Se fijaron que no me senté en ese sillón? Le pregunta al público, refiriéndose
al mismo que había ocupado Ugalde, y dice más o menos así: ¡Nombre, capaz que
me pega un aire! Ah caray, pensé como espectador, nada más le falta que diga
que huele a azufre.
Casi sin presentaciones o con una presentación muy pinche, si me permite
don Paco Ignacio, usar unas de sus tantas y floridas expresiones, se suelta
hablando de Miguel Hidalgo, Hermenegildo Galeana y Pancho Villa. Segundo o
tercer cigarro, el respetado historiador da cuenta de sus hallazgos en la
gloriosa historia de los yaquis de Sonora. Buen trabajo, sin duda, y una
develación maravillosa: hubo una guerra popular, muy desventajosa, entre
soldados porfiristas equipados con Máuseres de 7 tiros, contra los valerosos
yaquis, que tenían muy pocos rifles y sus arcos no podían hacer un buen tiro a
más de treinta metros.
Buen estilo el de Paco Ignacio Taibo y verídica la odisea de los yaquis
que retrata en su libro. Me recuerda que los astures y los cántabros también tuvieron
sus guerras de defensa contra los romanos y en la historia queda el registro de
su valentía, orgullo y espíritu guerrero.
Ante un público que casi unánime le festeja todos sus chistes y retruécanos,
el escritor, prolífico por cierto, irrumpe contra la historia mexicana oficial,
mítica y descafeinada, y pide la revaloración de figuras como Hidalgo, Juárez y Flores Magón, pero también truena contra los porfiristas, los banqueros,
los hacendados, y se mofa de los revolucionarios, los priistas, los panistas,
las ceremonias escolares, y lo
neoliberales. Por cierto ante la única pregunta del público, fuera del
protocolo ritual, el también escritor de novelas policiacas, desconcertado
mientras pensaba cómo contestar, pide que le pasen un micrófono…por el audio
del inalámbrico que tenía en sus narices.
Ugalde como muchas figuras de la política nacional, se entusiasma con
una invitación a la Feria del Libro de Hermosillo e ingenuamente cae en una emboscada
tendida por una misteriosa culebra de asistentes que lo culpan del fraude en
las elecciones del 2006. Poco faltó para que lo lincharan y fíjese usted no
había un sólo guardia de seguridad a la distancia.
Paco Ignacio Taibo, sin respetar un local dónde no se fuma, vino a
presentar un buen libro, pero a reiterar un ritual sabido: defiende al pueblo, ríete
de los ricos, culpa al PRI, a Peña Nieto y a los neoliberales de los males de
México, olvídate de los monopolios públicos y privados, de los sindicatos
parásitos, vende bien tu libro y quedas invitado para la próxima.
¿Los organizadores? Por ahí andaban unas personas de camiseta negra, dando
vueltas. Uno de ellos tomaba el micrófono de vez en cuando pero no creo que a
eso se le llame organización.
¡Ah!, una aclaración y una solicitud: Al historiador les informo, tardíamente porque en
el momento nadie me lo pregunto, que la ciudad de México queda al sureste de dónde
estaba él sentado, de espaldas al
oriente. También le agradecería me dijera qué autores o qué libros demuestran
que Porfirio Díaz y sus colaboradores no eran positivistas sino liberales o por
qué no, que eran neoliberales. Todo se
vale en beneficio de los buenos y en contra de los malos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario