miércoles, 22 de febrero de 2017

Crónica Trumpiana: desde Hermosillo con temor


Por Edgar Piña Ortiz  

En honrosa visita de acreditados académicos de la capital de Sonora, este martes 21 de febrero de 2017, la Universidad Estatal de Sonora se prendió en reflexiones en torno a las expectativas económicas y políticas comerciales de México ante postura de la actual administración federal de Estados Unidos.

Ante un auditorio abarrotado de profesores, estudiantes, investigadores y administrativos, los doctores Germán Palafox Moyers de la Universidad de Sonora y Luis Huesca Reynoso del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) y el maestro en ciencias Héctor Segura Ramos, también de la Universidad de Sonora, plantearon los términos de un juego de opiniones y  precisaron y clarificaron sus propias posturas y visiones, en un estimulante  ambiente de interés y participación.

Producto del esfuerzo y dedicación de la maestra Francia Marina Hernández Ojeda, a cargo de la carrera de Licenciado en Comercio Internacional de UES, plantel Hermosillo, y de las doctoras Erika Olivas Valdés y Roxana Palomino Cano y de todo el directorio del programa educativo, fue una mesa de análisis sobre el tema referido, que en otras palabras se puede expresar algo así como qué esperar con la llegada a la Casa Blanca de Washington, D.C., de un equipo de ultra conservadores que defienden el proteccionismo, el aislacionismo y la vuelta a un pasado que, entre otras cosas no tan remotas, está la intervención armada del país del Destino Manifiesto y la Doctrina Monroe, en cualquier otra nación que se oponga a la consigna de hacer  “America Great Again”.

De entrada Germán Palafox se preguntó si la teoría de la integración hasta donde ha venido evolucionando es capaz de explicar lo que está pasando en términos de política comercial del vecino país y tomando en cuenta otras políticas como la migratoria y las de seguridad nacional. Sus consideraciones lo llevan a concluir que al ser el principal problema lo que los mexicanos hagamos o dejemos de hacer y no lo que los vecinos decidan hacer, la mejor solución es renovar el aparato político y burocrático, ya que es el que, se entiende, es incapaz de tomar decisiones trascendentes que combatan la dependencia y el rezago productivo y de bienestar de la población. En sus palabras “hay con barrer con la corrupción y la impunidad”.

Luis Huesca, en una excelente presentación gráfica, expuso la condición reciente y de años anteriores de la balanza comercial de México, según la cual el déficit es persistente y  su composición se caracteriza por la exportación de mercancías ensambladas en territorio nacional (automotriz, aeroespacial y electrónica, principalmente) y la importación de bienes intermedios (las piezas introducidas para ensamble) y alimentos básicos como maíz, frijol y soya, entre otros muchos, sin olvidar la aberrante importación de combustibles y petroquímicos que nuestro país tiene que hacer, aun cuando dispone de los hidrocarburos en volúmenes suficientes para satisfacer nuestras necesidades.

En su examen, el doctor Huesca, demuestra que el déficit en balanza de pagos se compensa parcialmente con la inversión extranjera directa y remesas de los mexicanos trabajando para la agricultura y los servicios en el país gabacho. Nos llama la atención que es el único de los expositores que plantea una política económica de desarrollo endógeno, es decir, una que privilegie la industrialización interna y la dinamización del mercado interno, mediante una política salarial que mejore las condiciones del consumo de las mayorías mexicanas, tanto los que trabajan en la economía formal como las que lo hacen en la informalidad o los mercados negros.

El maestro Segura Ramos, por su parte, puntualizó que el Tratado de Libre Comercio, ha convertido al país en un enorme campo maquilador en el que predomina una elevada proporción de la población en niveles de pobreza indignantes. Por esta y otras razones que destacó en su exposición,  su propuesta de solución es que México cuente con un “proyecto alternativo” de crecimiento y desarrollo, que contemple políticas tendientes a disminuir la pobreza, la inequidad y la inseguridad. Segura Ramos, estableció que la ausencia de una política industrial es uno de los factores predominantes en la situación de dependencia de la economía mexicana de nuestros socios del norte. Por ello mismo, dijo, urge que el país disponga de una política industrial que aminore la sujeción de México a las veleidades del comercio internacional.

Algunos otros aspectos fueron tratados por los académicos y el auditorio participante, como las amenazas de imposición de aranceles a las exportaciones mexicanas, las políticas fiscales internas en Estados Unidos, la construcción del muro y la emigración de docenas de miles de trabajadores hacia el país del norte. Sin embargo, interesa resaltar que debido a razones de duración limitada del evento, los expositores sólo lograron mencionar las soluciones que ellos consideran apropiadas, como son la desparasitación del aparato político, el impulso al desarrollo endógeno y el diseño de un modelo alternativo de nación.

Para próximos eventos (que esperamos  se hagan), quedaron temas como la participación ciudadana en los asuntos de la política y la economía del país, la reactivación de la treintena de tratados y acuerdos comerciales de México con el resto del mundo, la búsqueda de la voluntad política de sacar al país de la dependencia y la marginación y por supuesto otros, que aunque no fueron puestos sobre la mesa de análisis, necesariamente tendrán que emerger en su momento, como lo son el aprovechamiento de las ventajas comparativas que tiene el estado de Sonora, de acuerdo a su disponibilidad de recursos naturales, humanos y financieros y a su localización continental y en la Cuenca del Pacífico.


Sí, sí hay temor por la llegada de un equipo de “negociantes” y  halcones a la Casa Blanca, en la capital federal del país vecino, pero también hay optimismo si los mexicanos sabemos sacar sin prejuicios, ataduras y mitos nocivos, lo mejor de nuestros potenciales en recursos naturales y mano de obra e inteligencia humana. Queda claro, después de todo, que la llegada de un bravucón peligroso al gobierno de nuestro principal socio comercial e industrial, ha tenido el efecto inesperado de ponernos a los mexicanos en la mesa de debates para buscar los caminos que lleven a nuestra economía a los niveles de prosperidad que todos, consciente o inconscientemente, anhelamos. 

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