miércoles, 29 de marzo de 2017

Crónica Profética: Innovación y sustentabilidad en Sonora, si no es con Chana será con Juana



Por Edgar Piña Ortiz

Representando al Centro de Salud y  Ambiente Global de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, ha visitado Hermosillo,  el doctor Ramón Sánchez Piña, como expositor sobre temas de innovación, competitividad y sustentabilidad. 

En un esfuerzo conjunto de la Secretaría de Economía del Gobierno del Estado y la Universidad de Sonora, los días 27, 28 y 29 de marzo de 2017, en el Centro de las Artes de la Universidad de Sonora, este distinguido experto mexicano, se ha reunido con decenas de investigadores universitarios de Sonora, ciudadanos, organizaciones civiles y empresarios, en un esfuerzo de identificar y sondear la situación prevaleciente en el estado en torno a los temas de la vinculación academia-empresa, investigación pertinente y publicaciones científicas en revistas de alto impacto.

Ante un auditorio interesado, participativo y conocedor de las realidades locales, Ramón Sánchez, graduado en ingeniería mecánica en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y doctor en ciencias de la propia Universidad de Harvard, estructuró a lo largo de una jornada inicial del Programa para el Fortalecimiento del Ecosistema de Innovación Sonorense, un mensaje de optimismo en el futuro, emprendimientos venturosos y transformación paulatina de los problemas y obstáculos del desarrollo local en retos y oportunidades, en un mundo cada vez más abierto y competitivo.

Ramón Sánchez Piña, es profesional certificado en sustentabilidad, energías renovables, cambio climático y técnicas sostenibles de manufactura e innovación tecnológica, entre otras especialidades. Su mensaje, su argumentación, su entusiasmo, por lo mismo, se enfoca en aprovechar los potenciales visibles e invisibles de la economía sonorense, utilizando la herramienta metodológica de construir y desarrollar un Ecosistema de Innovación, en el que participen los empresarios, los funcionarios públicos, los investigadores y académicos y la sociedad civil.

El profesor de Harvard y Tecnológico de Monterrey, quien tiene quince registros de invenciones y cinco patentes registradas en USA y Europa y una sólida experiencia profesional en la industria automotriz, piensa que no existen obstáculos legales, tecnológicos, financieros, fiscales, culturales y hasta políticos, que no puedan ser removidos si se cuenta con la razón, la ciencia, las técnicas y la decisión de avanzar. 

En un dialogo ameno, ágil,  preciso pero relajado, el investigador asociado de Harvard, llevó sus presentaciones del lunes 27 de marzo, del dato duro a la reflexión persuasiva, de la indagación del obstáculo a la propuesta de solución, ante  un auditorio integrado por investigadores y académicos involucrados en el estudio de diversas problemáticas locales y regionales, que muchas veces aceptaba sus mensajes con entusiasmo y aprobación y otras con reservas o incredulidad.

El  ecosistema de innovación en Sonora, de acuerdo a este experto, funcionaría en la misma forma que los sistemas biológicos de la naturaleza, de forma que el conjunto de sus integrantes se desarrollan y evolucionan en el caldo de cultivo del medio físico y son capaces de generar su propia sustentabilidad. El papel de los actores involucrados es esencial y de éstos son las universidades y centros de investigación, los llamados a desempeñar un rol estratégico en términos de la vinculación academia-empresa, investigación básica y aplicada y la divulgación de las tecnologías y el conocimiento que la sociedad requiere para avanzar en la innovación y el desarrollo económico sustentable.

Con conocimientos y experiencias de primera mano, sucedidas en el área Boston-Cambridge, Massachusetts,  pero con referencias frecuentes a Silicon Valley y otros centros de conocimiento, este abogado de la innovación y el emprenderurismo, habla de inversionistas ángel, inversiones de capital de riesgo, empresas mixtas, planes de negocios, incubadoras y aceleradoras de empresas, inventos y patentes, donaciones y convenios de confidencialidad y otros temas novedosos, todo enfocado a los potenciales del territorio sonorense en materia de energías renovables y uso racional del agua; tecnologías sustentables para la agricultura, la minería y la pesca; cadenas de valor e integración de manufacturas domésticas a las industrias maquiladoras presentes en la región.

En la ya larga carrera profesional, pequeño-empresarial y académica del cronista, los temas de la innovación, la competitividad, la integración económica y el desarrollo sustentable, han estado presentes constantemente, pero sólo en esta ocasión, ha encontrado una propuesta completa, sensata, científica, coherente y viable, sin subestimar la sorprendente fuerza de las leyes, instituciones, cultura, mitos e ideologías que se oponen al cambio y la evolución de la economía sonorense.

Seguramente cada uno de los investigadores y académicos presentes  ese 27 de marzo de 2017 en el Centro de las Artes de la Universidad de Sonora, tiene sus propias opiniones, reflexiones y expectativas en torno a los temas tratados y en algún momento se habrán de expresar en los eventos previstos para una duración de 12 meses que habrá de tener el programa de fortalecimiento del ecosistema de innovación sonorense. 

Muchas veces durante la exposición del doctor Ramón Sánchez Piña, el cronista percibió los destellos de mensajes que van más allá de la audiencia presencial y en línea y se transforman en perspectiva para el futuro, en cambios de paradigma, en noticias adelantadas, en palabras proféticas. Este hombre, piensa que si los  capitales de inversión necesarios para la innovación y la competitividad, no provienen de financieros locales, otras opciones foráneas podrán hacer acto de presencia. 

Las economías y las sociedades están sometidas al cambio continuo y si el esfuerzo no es endógeno, es decir de investigadores, funcionarios públicos y empresarios e inversionistas locales,  otras fuerzas ocuparán su lugar. Por ello la conclusión, es que la vinculación empresa-universidad, la investigación científica pertinente y el desarrollo que deberán suscitar, deben venir de Juana (los locales), porque si no vendrán de Chana (los foráneos).

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